El diseño de interiores escandinavo se caracteriza por su sencillez y minimalismo. Los colores utilizados suelen ser blancos, grises y tonos naturales, como el madera clara. La idea es crear espacios luminosos y acogedores sin sobrecargar la vista con demasiados detalles.
El mobiliario suele ser minimalista y funcional, con líneas simples y formas geométricas. Se valora la calidad y la durabilidad de los materiales, y se busca un equilibrio entre la estética y la comodidad.
El diseño escandinavo se basa en el concepto de «lagom», que significa «justo lo suficiente». Se trata de una filosofía que promueve el equilibrio y la moderación en todos los aspectos de la vida. Esto se refleja en el diseño de interiores, donde se busca crear espacios prácticos y cómodos sin excesos innecesarios.
Otra característica del diseño escandinavo es la importancia de la luz natural. Los espacios se diseñan para aprovechar al máximo la luz natural, y se utilizan cortinas y persianas ligeras para controlar la intensidad de la luz. Los espejos también son un elemento común en el diseño escandinavo, ya que reflejan la luz natural y crean la sensación de amplitud en los espacios.
El diseño escandinavo también se caracteriza por la conexión con la naturaleza. Se utilizan muchos elementos naturales, como la madera, la piedra y el cristal, para crear una sensación de armonía con el entorno. También es común la presencia de plantas y flores frescas en los espacios de vida.
En resumen, el diseño de interiores escandinavo se basa en la sencillez, la funcionalidad y la conexión con la naturaleza. Se trata de crear espacios cómodos y acogedores sin sobrecargar la vista con demasiados detalles y utilizando colores y materiales naturales.